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La Antropología profana, por medio de asociaciones de tipo intelectual, saca conclusiones lógicas que pueden no estar de acuerdo, en verdad, con los principios Esotéricos de Anahuac, o de los Toltecas, o de los Egipcios, etc. Pero la sabiduría gnóstica, basada en leyes precisas y sobre principios tradicionales eternos, sabe extraer de las piedras arcaicas toda la sabiduría esotérica.
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Fecha de disponibilidad:
Autor del libro | Samael Aun Weor |
ISBN - EAN | 9788488625038 |
Colección | Quetzalcoatl |
Nota | Mensaje de Navidad 1974-1975 |
Nº de páginas | 192 |
Encuadernación | Tapas blandas con solapas |
Tamaño aprox. | 22 x 15 |
Idioma | Libro en español |
De la segunda Cátedra del libro La Doctrina Secreta de Anahuac
- de V.M. Samael Aun Weor)
El tema del origen del hombre es realmente muy discutible, muy espinoso. Mr. Darwin sentó ciertos principios en su obra que deben ser recordados por los mismísimos antropólogos materialistas. Dice Mr. Darwin que "una especie que evoluciona positivamente, en modo alguno podría descender de otra que evoluciona negativamente" También afirma Mr. Darwin que "dos especies similares, pero diferentes, pueden referirse a un antecesor común, pero nunca la una vendría de la otra."
Así que conforme nosotros vamos avanzando en estas disquisiciones de la Antropología científica, obviamente encontramos ciertas contradicciones en el materialismo. ¿Cómo es posible que se ignoren los principios darwinistas? ¿Cómo es posible que aún hoy en día haya quienes piensen que el hombre viene del mono? Incuestionablemente, los hechos están hablando por sí solos, hasta ahora no se ha encontrado jamás el famoso eslabón perdido. ¿Dónde está?
Mucho se ha hablado contra la existencia del padre de Manú, el Dhyanchohan, pero son en realidad millones las personas en el mundo oriental y hasta en el occidental que aceptan al Dhyanchohan. Además, es más lógica tal creencia que aquel hombre mono que Haeckel quisiera que existiese pero que en realidad de verdad no pasó de ser más que una simple fantasía de su autor. Los tiempos van pasando y no se ha descubierto en ningún lugar de la Tierra al famoso hombre mono. ¿Dónde estará un mono que razone, que piense, que tenga un lenguaje asequible a todo el mundo? ¿Cuál es?.
Incuestionablemente, esta clase de fantasías literarias no sirve en el fondo absolutamente para nada. Obsérvese, por ejemplo, el tamaño de los cerebros: el cerebro de un gorila, en volumen, no alcanza a ser ni siquiera la tercera parte del cerebro de cualquier salvaje de Australia, que bien sabemos, entre paréntesis, que son las criaturas más primitivas de nuestro globo terráqueo. Faltaría un eslabón que conectara al gorila más adelantado con el salvaje más atrasado de Australia. ¿Dónde está ese eslabón? ¿Qué se hizo?, ¿Existe acaso?